EL SOMBRERO DE CHOLA QHOCHALA SOBREVIVE EN EL TIEMPO; MUJERES DE 5 MUNICIPIOS APUESTAS POR ÉL - Revista Digital Nuevo Milenio

Revista Digital Nuevo Milenio

Medio de comunicación Digital alternativo y popular

Breaking

Buscar este blog

viernes, 26 de agosto de 2022

EL SOMBRERO DE CHOLA QHOCHALA SOBREVIVE EN EL TIEMPO; MUJERES DE 5 MUNICIPIOS APUESTAS POR ÉL

 NUESTRAS CULTURAS 


El sombrero de chola qhochala sobrevive en el tiempo; mujeres de 5 municipios apuestas por él

"¡Todavía existe!”, exclama una mujer que pasa por la acera de la calle Estaban Arce casi Jordán, donde la sombrerería Boston lo expone detrás de su vidriera.

Sombreros vallunos de copa alta aún se venden en la sombrerería Boston, de Cochabamba. DICO SOLÍS.



El tradicional sombrero de la chola cochabambina, aquel de copa alta, toquilla negra y de color nieve, sobrevive en el tiempo. Hoy, una de las sombrererías más antigua del país con 60 años de historia en la Llajta, como es la icónica Boston, todavía los vende.

Las mujeres de antaño de las provincias Punata, Cliza, Arani, Capinota y Vinto son sus fieles compradoras.

Su presencia no pasa desapercibida. Todos se detienen a observarlo por su blanco resplandor en medio de varios sombreros. “¡Todavía existe!”, exclama una mujer que pasa por la acera de la calle Estaban Arce casi Jordán, donde la sombrerería Boston lo expone detrás de su vidriera.

EL SOMBRERO DE COPA ALTA

Patricia Torrez, responsable de ventas de la sombrerería Boston, cuenta que con el pasar del tiempo el uso de este tradicional adorno de copa alta todavía está vigente, pero su adquisición menguó por varias razones.

Una de ellas es su peso. Esta pieza, tejida con hilo y recubierta con yeso, tiene una altura de 13 a 15 centímetros y pesa cerca de medio kilo. A ello se suma que su elaboración demora al menos cuatro días, desde el armado, encolado, planchado, pintado y secado.

Todo este proceso es realizado a mano por uno de los últimos sombrereros que existe en Cochabamba: don Eduardo Pereira, quien los produce en Punata.

Otro de los factores que contribuyen a su desuso es el costo. Una de estas piezas llega a costar más de 100 bolivianos. A ello se suma su delicadeza, puesto que a simple golpe puede rajarse. A pesar de estos obstáculos, las mujeres del valle que todavía adquieren esta pieza en la sombrerería Boston la utilizan de dos formas: las solteras llevan el cinto negro del lado izquierdo y las casadas, del derecho.

Ante este escenario, las mujeres cochabambinas optaron por sombrero de copa media. “Este tiene mercado, hay mucha gente que viene con su sombrero antiguo y lo hace costurar”, comenta Torrez.

Las personas que más los adquieren llegan de las tierras altas del valle de Punata y Cliza.  Los compran en dos únicas tallas: una grande y otra pequeña. El precio oscila ente 70 y 80 bolivianos.

Para estas fechas, la demanda todavía es reducida. En agosto, la sombrerería Boston recibió un pedido de 18 sombreros de copa alta. La mayoría, para eventos culturales. Sin embargo, se espera que por las fiestas septembrinas las solicitudes se incrementen, llegando a producir hasta cuatro docenas.

Desafortunadamente, con el pasar del tiempo, las mujeres del valle cochabambino optaron por utilizar sombreros de ala ancha, más livianos, coloridos y realizados con materia prima procedente de China.


LA SOMBRERERÍA

Torrez comenta que un italiano fundó la sombrerería Boston. Posteriormente pasó a manos de la familia turca Aliss y hoy en día está administrada por la familia cochabambina Torrez y la turca Aliss. Desde hace más de 60 años, esta tienda, ubicada en calle Estaban Arce casi Jordán, a pasos de la plaza principal de Cochabamba, oferta al menos 100 variedades de sombreros. 


DE ORIGEN ESPAÑ0L

El investigador, historiador y uno de los últimos reivindicadores de la lengua quechua, Juan Clavijo, cuenta que el uso del sombrero blanco fue instaurado por los españoles con un decreto en el siglo XVII. Antes, las mujeres utilizaban pañoletas.

En un inicio, todos los sombreros eran blancos, pero posteriormente adquirieron características propias de cada región. Es así que en Cliza y Punata, por ejemplo, son “medio amarillos”. Lo que no cambió fue el cintillo negro que adorna su copa. Clavijo cuenta que este detalle representa elegancia.

En cuanto a su uso, este comenzó a declinar en el siglo XIX. “La gente la va cambiando por la industria china, comodidad y precio”, explica. 

Durante su auge, el sombrero indicaba estatus y nivel social. “El sombrero antiguo era carísimo y tenía especialistas, no lo hacía cualquiera. Se hacía en mucho tiempo”, cuenta el investigador, respecto a su valioso proceso de elaboración.

Entonces, las mujeres de antaño solían contar con varias piezas, una para cada evento social. Clavijo aún recuerda que su madre contaba con esta singular pieza para cada evento: una para diario, otra era fiesta, cumpleaños y matrimonios. Añade que las hijas de los hacendados tenían hasta 10 piezas para cada acontecimiento.

“Solo los que tenían plata podían usar esos sombreros”, detalla.

Hoy, esta icónica pieza todavía es encontrada en algunas provincias como Punata, Arani y Cliza. Sin embargo, los artesanos que las elaboran están en extinción. En Quillacollo ya no existe ninguno, asegura Clavijo.

Sobre su vigencia, el investigador lamenta que su desaparición es “inminente”.

“Todo proceso de vestimenta, comida o danza va cambiando. El sombrero se ha perdido definitivamente. Solo las señoras muy antiguas lo siguen utilizando. Es un proceso que no retrocede desechando lo original. No es malo, pero es difícil regresar al sombrero de copa”.


FUENTE: OPINIÓN y Sin miedo a la verdad informa. – viernes 26 de agosto 2022. (La nota se publica desde radio Lachiwana FM 92.2).


https://radiolachiwana.com

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario